No es una obra que me guste demasiado de Grendel -de quién adoro la serie mínima. La dualidad realidad/ficción está como ya muy manida. Creo que la hemos usado demasiado desde Photopía. Y los puzles de la obra no me emocionaron, me resultaban un poco demasiado familiares.
Pero tal vez me influye demasiado el rechazo que siento por el mensaje contrario al sistema educativo. Casi toda mi familia forma parte del sistema educativo y sé lo muchísimo que se esfuerzan por enseñar y motivar y por mantenerse actualizados con las técnicas pedagógicas contrastadas. Además nunca he visto que ninguno de ellos se vea forzado por el 'sistema' a dar una educación limitante o castrante de ningún tipo, así que mi sensación es que cuando alguien siente que la educación que le han dado ha resultado limitante o desilusionante en realidad es problema del alumno, que ni siquiera se ha sentado a pensar en qué realmente estaban intentando enseñarle.
Mi experiencia personal como alumno me sugiere precisamente eso, ya que en muchas ocasiones he visto a gente quejarse de cosas que nos estaban enseñando y que sentían como irrelevantes cuando bien miradas eran fascinantes y que han formado parte de mi capacidad de razonamiento desde entonces.
Tal vez el sistema actual sí que no está diseñado para personas como Grendel que viven más en el mundo gráfico y de las artes, eso sí es posible, pero no creo que en general el 'sistema' intente siquiera limitarnos mediante la educación.